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jueves, 22 de septiembre de 2011

No aprendemos ni cuando lo parece...

Hola amigos...

No, no me deis las gracias por casi no escribir nunca en el blog, no lo hago por evitaros largas palizas mentales ni rollos de estos mios... es que me colapso cada vez que me apetece reflejar ideas o estados de ánimo en el blog...

Sería fácil o pasar de todo, o llenar esto de cuatro chorraditas y hacer ver que algo hago, pero no por poco importante y modesto, nació este rincón para eso...

Leí el otro día una frase que, -como tantas-, a un ignorante en todo como yo, necesariamente tiene que llamarle la atención:


"La experiencia es un maestro feroz, pero está claro que te hace aprender"


Es de C.S. Lewis y su sentido está claro, y yo poco aportaré... De lo que te pasa, aprendes, quieras o no.... Bueno, todo lo humano suele ser matizable y está claro que todos conocemos a alguién de quién opinamos eso de que "este no aprende ni que lo maten..." Y ahora que lo pienso, también alguién podra opinar eso de nosotros... Reconozco que en algunas cosas yo no aprendo... Pero aquí yo soy lo de menos y mis errores, reiterados o no, valen lo que a peso me déis por ellos.

Esto de escribir sobre frases hechas nació por puro afán de criticarlas, pues suelo revelarme al oirlas, y se tranformó en el reflejo de aquellas que al final, acabé valorando... Ésta en concreto, me pareció tan diáfana que la dí por buena, con la misma equivocada premura que otras dí por malas, y siempre con el resultado que conocéis: aprendo de todo pero no seré nunca maestro de nada, y mis criterios suelen ser tan discutibles como mi filosofía personal discute a los demás.

Reflexionando sobre ella, y apartando a los "casos perdidos" que jamás aprenden, sea por limitación o simple tozudez, -o ceguera-, llegué a la  conclusión (que poco o nada vale), de que hay dos experiencias a tener presente si de seres humanos hablamos, pués los otros seres aprenden de manera mas simple y efectiva.

La experiencia personal, la propia de cada uno, en la que la frase es válida y por evidente, digna de ser tenida en cuenta: cada revés, cada experiencia, cada placer, nos conforma y nos hace ser quién somos, y buscamos por el efecto que nos causó, evitar o repetir el acto.

Pero como sociedad, esa que yo de forma prepotente llamo "La sociedad equivocada", esta frase no representa más que una brisa contra el huracán, nada...

No aprendemos, pues ésta década que vivimos demuestra como tanta lucha, tanta sangre derramada, se diluye en discursos vacios... Renunciamos como corderos al bienestar del rebaño porqué alguien se considera dueño de nuestra lana, y pasaremos frio porque nos están esquilando cuando empieza el invierno, y no en la primavera de savias renacidas.

Lo que como casi animales aprendimos, lo que como tribu desarrollamos y como sociedad evolucionada elevamos a objetivo, hoy lo entregamos: la protección de todos, el cuidado de los débiles, el futuro de los niños... Fué con trabajo, con revoluciones y esfuerzo, con años como piedras inmensas de fatiga en generaciones ya perdidas, las ideas  que hoy entregamos en nombre de algo que no entendemos...

Dejamos que se pierda la sanidad que ha dado dignidad a nuestros mayores, que decaiga la educación que no es sino semilla del mañana... Permitimos que se nos haga trabajar en la edad dorada en que debemos irnos apagando siendo serenos, y no moneda de intercambio en salas de reuniones de miserables nuevos señores, que nos venden que acercarnos a la muerte aún atados a la rueda de la producción, es más digno, más adecuado y más apreciado, que ceder la sabiduría en la vida sosegada de quién ya ha cumplido. Y nos lo creemos...

Los que fueron liberadores, hacen políticas de opresión sin tener el valor de apartarse del poder reconociendo su derrota ante los poderes de siempre, de toda la vida, eternos si el hombre no lo remedia... No os reclama la conciencia el esfuerzo de tantos predecesores?

Los de siempre, los que establecen diferencias y justifican la miseria diciendo que es necesaria, ganan la partida cambiando la espada por contratos laborales, la inquisición por la eficiente práctica de la privatización y al Dios terrible del castigo por el dulce sabor, venenoso, del ocio fácil mal entendido. Vuetros hijos quizás pagarán vuestro despilfarro y sed de ooder con pobreza generalizada de sociedades y tierras agotadas...

Reducimos camas de hospital por el mismo valor con el que compramos helicópteros de guerra, que ni tenemos el valor de utilizar ni enviaremos a defender a los millones de sometidos por el hambre, la sed y el frio... y ni lo sabemos ni nos importa saberlo.

Pagamos a contertulios cuyo merito es tan sólo vivir sus vidas en un escaparate y mientras, nuestros ingenieros y ciéntificos trabajan por sueldos de miseria en ocupaciones que ellos mismos podrían mejorar aplicando lo que aprendieron... Y es lo que deben hacer, pués las Universidades fueron obra de todos aquellos que ni siquiera un dia aprendieron a leer... No pensaréis que las crearon los ricos de su trabajo, ¿no?... Si fueron mecenas de las ciencias, lo que salió de sus arcas era sudor de agricultores, no sangre azul revalorizada.

Avanzar como avanzamos para tener que vaticinar que el futuro, será cada vez peor, tener hijos en un mundo superpoblado y empobrecido mientras 16.000 niños mueren a diario... pero eso sí, es un acto de generosidad cumplir con nuestro capricho... Dar carne y sangre a los mercados, y recibir programas del corazón para tener la mente y la conciencia en blanco...

No, la experiencia de las edades oscuras, cuando los nobles decidian sobre la vida y la muerte, no nos ha hecho más sabios, pués hoy dejamos que el miedo al paro justifique sueldos que no pagan una vivienda, vivienda que no vale lo que cuesta, para que artistas relamidos y exibicionistas se muestren en pasarelas con millones en joyas y vestidos pagados con la subvención a la cultura... cuando cultura es dejar las bibliotecas abiertas y las escuelas dotadas... no el esnobismo de películas absurdas.

Bueno... ya os he dado el tostón... mis disculpas por ello. Ni siquiera sé si he dejado algo claro, pero en una sociedad que permite despidos en empresas cuyos ejecutivos cobran millones de euros, más de los que ni queriendo pueden despilfarrar... en un país donde financiamos la deuda de los bancos y luego observamos el reparto, entre accionistas, de beneficios mayores a otros años... cuando ese dinero debió ser inyectado en las empresas que dan trabajo, no dividendos... En un lugar donde creemos que la diversidad es un peligro, las lenguas un desafío, las libertades una amenaza, donde los personajes públicos demuestran una ignorancia supina mientras aspiran a escaños y donde la libertad y democracía es que cada cuatro años nos dejen votar a programas que ya sabemos que no serán cumplidos, sordos sus oidos a nuestros gritos, la rabieta es el único derecho, tras siglos, adquirido...

No hay una receta, no hay una fórmula mágica ni yo conozco la solución, pero sé que diciendo no, que conversando, sé que apoyando al de al lado, sé que usando las papeleras, arreglando los goteos de las fugas, sé que brindando ayuda al que tiene una avería, que escuchando al músico de la calle más que al rico cantante que canta en playback, sé que donando alimentos, sé que disfrutando de una sobremesa inteligente y divirtiéndose sin necesidad de modas, el aire se respira más limpio... Sé que siendo consecuente, las cosas cambian a tu alrededor y ocupando ese espacio, vacios inmensos se llenan... Sé que la suma de los actos es como la suma de las aguas: un mar.

Sé que es tarde y pocos escuchan... el partido de futbol de hoy los dejó cansados y satisfechos y olvidaron, porque lo necesitaban, lo que su trabajo vale y lo que cobraron en publicidad sus ídolos.

Sé que estoy siendo pesado y reiterativo, demagógico y cada vez menos consistente.. así que me acuesto y espero que mañana ocurra un milagro, porque de la experiencia de los siglos, -más que feroz, atroz-, la muchedumbre no aprendió nada, y las personas, poco.

Feliz sueño, mañana nada será mejor, pero tampoco parece que queramos que lo sea.